Son, sin duda, dos de los platos estrella de verano. El gazpacho y el salmorejo ocupan gran parte de las mesas en este país cuando el calor comienza a apretar. Pero, ¿conoces la diferencia entre ambas recetas? ¿Sabrías enumerar sus ingredientes principales?
Lo más habitual es que el salmorejo cordobés sea tomado como una emulsión que tiene su origen en las antiguas sopas de pan típicas de la zona del Mediterráneo. Gracias a que con el paso de los años se le añadió tomate, se ha ido transformando en una crema ligera y nutritiva, pero sobre todo refrescante.
Existen otros cocineros o autores que la consideran una “sopa de transición”, es decir, ni líquida ni sólida. La base de este plato será el pan remojado en agua, vinagre y aceite. Ancestralmente, en la época romana, se le conocía como vino agrio y no fue hasta principios del siglo XIX cuando se le empezó a añadir tomate traído directamente de América.
Por su parte, el gazpacho es considerado más bien como una sopa fría basada en el tomate a la que se añaden otras verduras.
¿Conoces las diferencias entre la receta del gazpacho y la receta del salmorejo? En la primera suelen ser actores principales tanto el pan, como la cebolla, el tomate, pepino, ajo, agua, vinagre, sal y pimiento.
Por su parte, en el salmorejo nos encontraremos con pan, ajo, sal, vinagre, tomate y agua. Entonces, si tienen casi los mismos ingredientes, ¿por qué son tan diferentes? Además de su forma de preparación, la guarnición (o acompañamiento) resulta una de las principales claves. Lo más normal es que a esta receta cordobesa se le añada huevo duro o jamón picado.
En cambio, en el gazpacho no será necesario ningún tipo de añadido, aunque si lo hiciésemos, habría que apostar por el pepino crudo o el pan, ya sea tostado o normal. También se podrá utilizar pimiento en cuadrados o cebolla.
Otra diferencia radical es que la receta de salmorejo consigue un plato mucho más espeso debido principalmente al pan remojado que se utiliza para potenciar el sabor del tomate. En los últimos años, se han ido añadiendo otras guarniciones que han sido muy bien aceptadas, como por ejemplo el bacalao ahumado.
En cambio, la receta del gazpacho permite la utilización de muchas más variedades de verduras. De hecho, es muy habitual que según la zona en la que estemos, se utilicen algunas diferentes. A las más habituales (tomate, pimiento, cebolla o pepino), se le pueden añadir otras como por ejemplo la zanahoria. La guarnición también es bastante diferente, siendo lo más habitual los llamados picatostes.
Como habrás podido comprobar, la diferencia entre esta sopa fría y el salmorejo es notable, tanto en modo de preparación, como en ingredientes, acompañamientos, sabores y texturas. Por suerte para nosotros, ambos platos son realmente sanos, nutritivos y, sobre todo, refrescantes, de manera que podamos combatir las altas temperaturas del verano.