La dieta entomófaga

Aunque en España no se trate de una costumbre arraigada, hay varias especies de insectosque son comestibles. En dueto cocina urbana queremos hacer un repaso por todos sus nutrientes, por las formas de cocinarlos y por las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) al respecto.


Desde noviembre de 2015, en la Unión Europea existen nuevas condiciones normativas que hablan ya de los insectos como “nuevo alimento”. Cambios legislativos que serán aplicables a finales de 2017 y que regularizan su comercialización y su consumo.


Un cambio importante ya que, hasta hace poco, el consumo de insectos no disfrutaba de apoyo legislativo en la UE ya que sólo se consumían de forma ocasional en algunos países. La FAO recuerda que su uso como fuente de alimento aporta una serie de beneficios que, como mínimo, tenemos que conocer.


Entre las especies de insectoscomestibles destacan: gusanos, grillos, escarabajos, orugas, avispas, hormigas, langostas, saltamontes o moscas. Son de hecho los que más nutrientes nos pueden aportar. Se comen sobre todo las patas, las alas y la cabeza. Al menú basado en insectos se le llama menú entomófago.



La UE habla de nuevos alimentos cuando no se han consumido significativamente antes de mayo de 1997 que es cuando entró en vigor el reglamento sobre alimentos. Por ejemplo, los producidos a partir de las nuevas tecnologías o los que se comen en otros lugares pero no en Europa se consideran «nuevos alimentos».


Es el caso de los insectos, que forman parte importante de la dieta de algunos países asiáticos y africanos, pero que para nosotros no resultan demasiado apetecibles. En Tailandia no es raro encontrar gusanos de seda y saltamontes en el supermercado y en Japón son muy populares las larvas de insecto acuáticas. De hecho, aproximadamente dos millones de personas en todo el mundo incluyen insectos en su dieta diaria.



Con la nueva legislación, la Comisión Europea busca que la comercialización de los insectos sea más sencilla y rápida y por supuesto que superen los correspondientes controles sanitarios. El Reglamento no contempla que los Estados miembros puedan autorizar o prohibir nuevos alimentos aunque sí pueden suspender o restringir su comercialización por razones de salud pública. La FAOdefiende a los insectos como una potente fuente de proteínas en todo el mundo.


Además de poner en valor las características de losinsectos desde un punto de vista nutricional, la cuestión es saber cuáles son los riesgos de introducirlos en nuestra alimentación. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sostiene que, como en el caso del resto de los alimentos, todo depende de los métodos de producción, de la etapa del ciclo de vida en la que se coman, de las especies y del procesamiento.


La FAO defiende la ingesta de insectos como alimento y como alternativa a la lucha contra el hambre en todo el mundo. Recuerda que pueden aparecer problemas de alergias como las que provocan los crustáceos. En cambio, al contrario de lo que pasa con los mamíferos y las aves, los insectos dan menos problemas en lo relativo a infecciones zoonóticas, es decir, las que pueden transmitirse de animales a seres humanos.


En resumen, la legislación sobre nuevos alimentos pretende eliminar las barreras comerciales innecesarias para facilitar la comercialización de alimentos seguros. Por supuesto, el consumo de insectos, además de a barreras legislativas que ahora desaparecen, se enfrenta a barreras culturales. ¿Por qué comemos huevas de esturión o caracoles pero no nos atrevemos a comer un escarabajo o un saltamontes? Ahí dejamos la pregunta.