La moda de la cerveza casera

Regalar un kit para cerveza casera es una de las modas en los últimos años. De un tiempo a esta parte, ha vuelto una especie de fiebre por lo natural, y preparar nuestra propia bebida no se ha quedado atrás. Para fomentar este interés por lo casero ha ayudado mucho olvidar la creencia de que lo hecho a mano es de menor calidad que lo producido manufacturado.


De hecho, comprobaremos que al elaborar nuestra propia cerveza y perfeccionando nuestra técnica iremos obteniendo una bebida cada vez más sabrosa, densa y con cuerpo, con muy poco que envidiar a las marcas más conocidas en el mercado. Eso sí, no esperes que en tu primera remesa consigas el mejor de los brebajes.


Uno de los aspectos más interesantes de contar con un kit para cerveza casera es el cuidado que le iremos dando a nuestro preparado, ya que hemos de controlar absolutamente todos los pasos de una forma manual, puesto que no contaremos con una maquinaria que trabaje por nosotros.


Esto provoca que desarrollemos un especial cariño por nuestra cerveza, fruto de nuestro esfuerzo y cariño. Cada botella será nuestra creación y nos encantará disfrutarla con amigos o con familiares, mejorar poco a poco su sabor, color y textura hasta alcanzar un caldo agradable al gusto, vista u olfato.


El único problema de esta clase de juego para cerveza casera es que nos costará mucho (por no decir que es imposible) conseguir un acabado tan “refinado” como el de los brebajes elaborados, ya que las grandes empresas cuentan con métodos y procesos perfectamente tecnificados, además de una maquinaria moderna. Pero, como decimos, esa “imperfección” es parte de nuestra creación y no impide obtener una bebida de calidad.


Tienes que saber que este aspecto tosco no significa que la cerveza esté mal elaborada, sino que esa textura propia y más densa se debe únicamente a la presencia de levadura en el caldo. Se trata solamente de un aspecto estético que no tiene que preocuparnos para nada.


De hecho, elaborar nuestra propia cerveza casera sólo tendrá un objetivo, que no es otra que degustarla y saborearla con amigos. Exactamente igual que las que tomamos con amigos en un bar, charlando y compartiendo unas risas.


Por lo tanto, si te gusta la cerveza y eres cuidadoso, no tienes motivos para no comenzar a elaborar tus brebajes propios, tratando de encontrar aquel estilo que más te convenza. Poco a poco irás cogiendo la práctica necesaria para elaborar caldos de calidad que sorprendan a tus amigos.