Los grandes beneficios del calabacín

Si estás buscando mejorar tu alimentación o si te estás informando para iniciar una dieta saludable o de adelgazamiento, seguramente te hayas topado con el calabacín, uno de los grandes ingredientes para alcanzar todos estos objetivos. No en vano, está compuesto en su mayor parte de agua, alcanzando impresionantes niveles de hasta el 95%.


¿Sabías que el calabacín no tiene ningún contenido calórico? Esto supone que pese a comer grandes cantidades, no supondrá una ganancia de peso ni de grasa en nuestro organismo, resultando beneficioso en aspectos tan básicos como una buena hidratación.


Según muchos estudios alimenticios llevados a cabo, 100 gramos de calabacín sólo suponen 15 calorías, siendo uno de los alimentos con los niveles más bajos. Sin embargo, sí que presenta buenas dosis de minerales y oligoelementos, como pueden ser el fósforo, el potasio, el calcio o el magnesio.


Un aspecto que no suele conocer todo el mundo es que para poder disfrutar de todos sus beneficios nutricionales, el calabacín ha de ser cocido al vapor o ser comido crudo. Eso no quiere decir que no podamos hornearlo o pasarlo por la plancha, pero perderemos ciertas propiedades.


Además, recuerda que nunca deberemos pelarlo, puesto que en su capa externa es donde se depositarán casi todos sus beneficios. Unos 100 gramos de este vegetal suponen alrededor de 7 mg de vitamina C, vitamina B3 y provitamina A. Se trata de una verdura rica en fibra, rondando los 1,5 gramos.


Todas estas propiedades provocan que muchas personas lo consuman habitualmente para perder peso. Existen multitud de recetas de calabacín para esta clase de dieta, desde cocerlo y utilizarlo en ensaladas hasta en pistos, parrilladas o tortillas.


Pero, sin duda, la forma más habitual de consumirlo es realizar una suave y nutritiva crema de calabacín. Esta receta es perfecta para las cenas, ya que nos permitirá saciarnos sin apenas aportarnos calorías.


Otra receta para el calabacín, sobre todo el amarillo, es juntarlo con un poco de zumo de limón y comerlo crudo. Se trata de la mejor forma de aprovechar todos sus beneficios dietéticos.


Eso sí, no te olvides que esta verdura ha de ser consumida siempre fresca, no conservándolo más allá de cinco días en nuestro frigorífico. La razón no es otra que correremos el riesgo de que la pieza pierda por completo todos sus aportes y beneficios nutritivos.


No podemos pasar por alto tampoco que este vegetal contendrá unos niveles bajísimos de grasa y también de hidratos de carbono, sobretodo de almidones. Sin embargo, dispondrá de moderados niveles de fibra, lo que unido a un consumo habitual, provocará un mejor funcionamiento de nuestro sistema intestinal.


En último lugar, el calabacín ayudará a nuestro organismo a eliminar gran cantidad de toxinas, gracias a la presencia de potasio. Junto a esto, influirá positivamente en mantener unas correctas funciones cerebrales por culpa del fósforo, y unos huesos fuertes gracias al calcio.


Como habrás podido comprobar, esta verdura debe ser parte fundamental de nuestra dieta, sobre todo si deseamos comer de una forma más saludable o tenemos el objetivo de perder peso.