Motivos para reducir el consumo de refrescos

El consumo de refrescos es algo habitual en nuestro país y en nuestra sociedad. Estas bebidas se han ido instalando en nuestro día a día hasta llegar a sustituir al agua a la hora de acompañar la comida. Pero, ¿esto es bueno para la salud? ¿Deberíamos reducir la cantidad ingerida? De este tema nos gustaría hablar en nuestra nueva publicación en dueto cocina urbana.


Nuestra recomendación: Lo mejor es reducir su consumo al máximo, sino eliminarlos por completo de nuestra dieta. Las razones son varias, pero todas ellas tienen que ver con adoptar hábitos saludables que repercutan en nuestro bienestar.


La principal razón para evitar estas bebidas, como por ejemplo la Coca Cola es su alto o altísimo contenido en azúcar, con un fuerte poder adictivo, lo que se une a otros compuestos químicos como por ejemplo la cafeína.


Los refrescos tienen unos efectos adversos muy claros para nuestro organismo o nuestra salud. Conocer sus consecuencias nos ayudará a disminuir su ingesta. Por eso, desde dueto cocina urbana nos gustaría contar cuáles son esas consecuencias.


¿Sabías, por ejemplo, que las bebidas como la Pepsi u otras de cola ayudan a aumentar el riesgo de osteoporosis? La razón no es otra que la presencia de ácido fosfórico que actúa de barrera impidiendo la absorción del calcio por parte de nuestro organismo.


No hay que pasar por alto tampoco que los refrescos, ya sean de naranja, limón o cola, incrementan notablemente el riesgo a padecer y sufrir caries en nuestras piezas dentales. Como ya hemos apuntado anteriormente, la sobresaliente presencia de azúcar es el motivo.


Uno de los principales problemas de estas bebidas, como por ejemplo la Coca Cola es que son adictivas, aunque no nos demos cuenta. Tampoco se puede pasar por alto que están relacionadas con la aparición de cálculos renales por su increíble contenido en oxalatos.


Un consumo continuado de estas bebidas pueden generar problemas de salud tan graves como por ejemplo la gastritis u otros inconvenientes digestivos. La razón es simple: la gran concentración de azúcares y su pH ácido.


Además, tampoco sirven para calmar la sed, ni colaboran en mantener nuestro organismo dentro de unos niveles óptimos de hidratación. De hecho, aunque nos cueste creerlo incrementarán el riesgo de las personas de padecer obesidad, así como una clase de diabetes peligrosa, como es el tipo 2.


Sin pasar por alto que las bebidas como la Pepsi o similares pueden causar episodios de nerviosismo e insomnio por culpa de la cafeína si se produjera un consumo excesivo.


Si nuestro objetivo es la pérdida de peso o la mejoría de nuestra alimentación, hay que saber que los refrescos sólo contienen calorías vacías.


En último lugar, si lo que nos importa es el impacto económico en nuestra vida, tenemos que saber que son muchísimo más caros que el agua, por lo que nos podremos ahorrar una gran suma de dinero al año si renunciamos por completo a estas bebidas.