Propiedades y tipos de té

El es una infusión hecha a base de hojas y brotes de la planta del mismo nombre. Se trata de una bebida consumida mundialmente de manera masiva. De hecho, sólo se encuentra por debajo del agua en cuanto a popularidad. Pero, ¿sabemos cuáles son sus principales variedades? ¿Qué propiedades tendrá cada tipo? Contestamos a todas estas preguntas en este nuevo post de dueto cocina urbana.


La primera clase que nos encontramos es el té verde, seguramente uno de los tipos más consumidos de esta bebida. Una de sus características más destacadas es que no se fermenta previamente, lo que le permite conservar todos sus beneficios. Se dice que es una auténtica fuente de salud.


Entre las principales propiedades del té verde podemos destacar que se trata de uno de los antioxidantes más poderosos que hay, retrasando el proceso de envejecimiento de nuestro organismo. Además, también funciona como un gran depurativo, eliminando líquidos, facilitando la digestión y la pérdida de peso. En último lugar, gracias a la notable presencia de minerales y vitaminas A, B y C, refuerza nuestro sistema inmunitario ante todo tipo de infecciones.


Una taza de té blanco


La siguiente clase de es el llamado negro. Si con el verde estábamos ante una de las variedades más consumidas, en esta ocasión podemos decir sin equivocarnos que es el más consumido a nivel mundial gracias a su intenso sabor. Se trata además de una bebida saciante, baja en calorías y que permite mejorar las digestiones.


Algunas de las principales propiedades del té negro son su poder antioxidante y relajante, aunque también es cierto que depende de la variedad que consumamos habitualmente.


El té blanco posee un gran número de adeptos, sobre todo entre las personas que vigilan su dieta de forma estricta. Se le conoce como “el elixir de la juventud” gracias a sus enormes efectos positivos sobre nuestra salud. Esta variedad está considerada también como la más exquisita, ya que en su preparación no se utilizarán hojas enteras, sino los brotes más tiernos y jóvenes de la planta.


Entre las propiedades fundamentales de esta clase de hay que destacar que su sabor es exquisito y su aroma muy delicado, ya que su producción ha de realizarse casi enteramente de forma artesanal, lo que también repercute en su precio, elevándolo sensiblemente con respecto a otros tipos.


Se trata también de un poderoso antioxidante, debido principalmente a la espectacular presencia de vitaminas del tipo E y del tipo C. Se estima que el té blanco posee efectos antioxidantes tres veces más potentes que el verde, conteniendo la mitad de teína. En último lugar, está comprobado su efecto diurético en nuestro organismo.


Una taza de té rojo con su particular color


En último lugar, entre las principales variedades de esta bebida nos encontramos con el llamado té rojo, también conocido como “té de los emperadores” por su origen en la provincia china de Yunnan y porque su consumo llegó a estar prohibido para la población de a pie.


Su sabor es intenso, fuerte, gracias a un proceso de fermentación en bodegas muy particular y que puede llegar a durar varios años. En los últimos tiempos, a esta clase de té se le ha denominado como “quemagrasas”, ya que su consumo habitual puede ayudar a nuestro cuerpo a controlar el nivel de grasa. Además, otras propiedades del té rojo es que permitirá una disminución del colesterol en sangre.