Es verano, época de intenso calor y de ganas de tomar cosas frescas. Por eso, desde dueto cocina urbana hemos creído conveniente dedicar unas cuantas líneas para acercaros una receta de helado cremoso y totalmente casero. De esta manera, estarás mucho más tranquilo o tranquila con lo que comen tus hijos.
Pese a que en el mercado existen un buen número de máquinas heladeras que nos facilitarán esta labor, no te preocupes, puesto que no necesitarás adquirir una para poder llevar a cabo estas recetas refrescantes para el verano. Piensa que lo más difícil será conseguir esa cremosidad final en nuestro paladar.
Ten presente que en una receta de helado lo que marque la consistencia final serán el tamaño de los cristales de hielo que posea, así como cuánto jarabe los recubrirá. Cuanto más pequeños sean y cuanta mayor cantidad los cubra, más suave nos resultará al comerlo.
Lo último que tendremos que tener en cuenta sobre el tamaño de los cristales o la proporción de jarabe es que vendrá determinado por diferentes factores, siendo los ingredientes elegidos y la forma de congelación (así como la temperatura) los más importantes.
Existen diferentes ingredientes que nos ayudarán a que la textura de nuestra receta de helado sea la más adecuada. Por ejemplo, el azúcar, la miel o el jarabe de maíz. La razón no es otra que se trata de anticongelantes totalmente naturales, lo que mejorará la cremosidad final. Eso sí, en el caso de apostar por el azúcar, sería conveniente no excedernos en la proporción utilizada.
El alcohol también puede evitar la cristalización en los helados, ya que su punto de congelación es realmente bajo, inferior al de los congeladores que todos tenemos en nuestros hogares. Tampoco utilices una proporción muy elevada y nunca superior a 1/5.
Algunas grasas pueden ayudarnos en nuestra receta de helado, como por ejemplo la nata, la mantequilla o las yemas de los huevos. Con ellas reduciremos al máximo los cristales que aparecen en la congelación y, además, ofrecen una suavidad casi inimitable en nuestro paladar.
Otro componente que suele estar bastante presente en esta clase de recetas es la leche en polvo. Además de una buena fuente de proteínas, la lactosa es capaz de absorber hasta diez veces su peso en agua. Como supondrás, cuanta menos agua, menos hielo.
El siguiente punto importante en una receta de helado es la congelación. Si utilizamos una heladera, el batido constante hace que se introduzca aire en la crema, por lo que conseguiremos una mezcla mucho más suave y ligera.
En cambio, si vamos a hacerlo de forma manual, tendremos que batir la crema por nuestra cuenta cada cierto tiempo. Es importante hacerlo cada diez minutos durante la primera hora, y cada media hora tras ella.
En último lugar, presta especial atención a la temperatura. La más aconsejada para servirlo es entre -7ºC y -14ºC. A la hora de servirlo, es muy importante que lo hagamos con antelación, dejando el helado unos minutos fuera antes de llevarlo a la mesa. Si no tenemos tiempo, introdúcelo 5 segundos en tu microondas, nunca más.
Conseguir realizar recetas para el verano no es nada difícil si tenemos en cuenta pequeños aspectos. Como habrás podido comprobar, conseguir un helado con textura cremosa y sin demasiado hielo no es nada difícil.