Variedades de pan

¿Cuántas variedades de pan conoces? ¿Eres de los que no pasan un día sin comer al menos un pedazo? ¿Eres incapaz de llegar a casa con la barra intacta? Entonces te interesará leer este nuevo post de El Rincón de Adi en el que hacemos un recorrido por los tipos de pan de los que podemos disfrutar.


Es innegable que estamos hablando de un alimento básico en nuestra dieta desde hace siglos. Nos aporta hidratos de carbono, proteínas, fibra, vitamina B y además casi no contiene grasas. De hecho, está en la base piramidal de una alimentación equilibrada. El pan más común es el que se elabora con harina de trigo, agua, levadura y sal.


De todas formas, como decimos, existe un amplio abanico de panes para todos los gustos y paladares. Además de las preferencias personales, la elección va a depender de necesidades concretas como por ejemplo las que tienen las personas celiacas o las que siguen una dieta especifica.



Por su composición a base de cereales, el pan cubre una importante parte de las necesidades de energía diarias. Mucho se ha dicho acerca de su consumo en las dietas de adelgazamiento llegando incluso a vetarlo si queremos perder peso. Algo falso ya que como decimos, el pan apenas aposta grasa y sí muchos otros nutrientes que nuestro organismo necesita.


Como decimos, la harina puede provenir de diferentes cereales: centeno, cebada, maíz y trigo. De ahí parten las distintas variedades de pan. La levadura es fundamental para fermentar la masa y hacer más ligero al pan y que quede esponjoso. El pan elaborado sin levadura es el pan ácimo. Se le pueden añadir otros elementos como grasas, semillas como pipas de girasol o sésamo y hasta huevo.


Hay que tener claro que no todos los panes son iguales. Empezamos por el más común: el pan blanco. Se hace con harinas de trigo y será mejor siempre que sea artesano y no pre-cocido. Si queremos asegurarnos de que se usan harinas 100% naturales, siempre podemos optar por buscar información sobre el pan casero y sus ingredientesy meternos en harina (nunca mejor dicho).


En el caso del pan integral, este es más rico en vitaminas, minerales y fibra que el anterior. ¿Por qué? Pues porque se usa el grano del cereal completo (de ahí lo de “integral”). Contiene vitaminas del grupo B y minerales como fósforo, calcio, magnesio y potasio. El pan integral es perfecto para aliviar el estreñimiento, controlar el colesterol y el azúcar en sangre.


En el caso del pan con salvado, es importante no confundirlo con el anterior, es decir, con el integral. Se hace con harina refinada a la que se añaden fragmentos de salvado. Es por lo tanto un pan blanco pero con más vitaminas. Un pan perfecto para casos de estreñimiento moderado en los que no se quiera comer pan integral. En pan no leudado se hace sin levadura.


Por lo tanto, la masa es más compacta y su digestión más lenta. Es más saciante que los anteriores y por lo tanto perfecto si estamos siguiendo alguna dieta de adelgazamiento. Con el pan no leudado se hace por ejemplo el pan pita griego o las tortitas de maíz que se usan para las famosas fajitas mejicanas.


Pasamos al pan de centeno. Este es más compacto que el de trigo por la propia naturaleza del cereal. Es de color oscuro y de sabor algo amargo. Contiene menos proteínas y grasas, pero más hidratos de carbono y fibra que el de trigo. Terminamos con el plan de maíz, perfecto para los celiacos porque no contiene gluten.