Carnes rojas y blancas

¿Existe un tipo de carne más saludable que otro? ¿Cuál es la cantidad recomendada para llevar una dieta sana y equilibrada? ¿En qué se diferencia la carne roja de la blanca? A estas y otras preguntas queremos dar respuesta en esta nueva entrada de dueto cocina urbana.


Entre las carnes rojas y blancas hay diferencias nutricionales que consideramos importante repasar. Aunque ambas son necesarias de cara a aportar a nuestro organismo todos los nutrientes que necesita, hay cuestiones que las separan.


La diferencia principal radica en la cantidad de hierro, purinas y grasa que contienen. Obviamente, tanto la carne roja como la blanca contienen proteínas, vitaminas y minerales. Además, no te olvides de que la carne consumida de forma regular contribuye al crecimiento y desarrollo de los tejidos y a la prevención de enfermedades como la anemia y la desnutrición.



En la lista de carnes rojasencontramos la de vacuno como la vaca, el buey y el toro. También se encuadran en esta categoría las carnes de caza como la liebre, la perdiz, el pichón, el faisán o la codorniz. Del otro lado tenemos las carnes blancas como la de pollo, pavo o conejo. La de conejo es un tipo de carne muy rica en proteínas.


Su contenido en calorías y grasas difiere mucho del de carnes rojas como la ternera. El conejo nos aporta sólo unas 140 calorías por cada 100 gramos de carne. Esto la convierte en una de las carnes menos grasas. Está especialmente recomendada en las dietas para bajar el nivel de colesterol.


Su alto contenido en vitamina B12 y su bajo contenido en sodio son otras de sus ventajas nutricionales. Otra carne blanca muy común en nuestra dieta es la de pavo. Se trata de una importante fuente de niacina, zinc y vitamina B12. Como todas las carnes de ave, lo recomendable es consumirla sin piel ya que es donde más grasa se concentra. La de pato es una carne de ave pero que no se considera carne blanca. Sus proteínas son similares a las de otras aves de caza como la liebre o la codorniz.



Seguimos con más diferencias nutricionales. Las carnes rojas contienen más hierro. Su característico color rojo viene motivado de hecho por la mioglobina, un pigmento presente en las fibras musculares. Se trata de un hierro que el organismo absorbe con facilidad.


Como decimos, la carne roja puede ayudar a combatir un cuadro de anemia, pero consumida en exceso puede provocar gota, obesidad y problemas cardiovasculares. Por eso la cantidad semanal recomendada, según los expertos en nutrición, no puede superar los 210 gramos. Tampoco debemos sobrepasar las dos raciones de carne blanca a la semana.


Mención aparte merecen la carne de cordero y de cerdo. ¿Por qué? Pues porque, según la edad del animal y su alimentación, se clasifican en carnes rojas o blancas. Por ejemplo, la carne de los corderos adultos presenta un color rojo más intenso que la de los jóvenes, que tiende a ser más rosácea. Lo mismo ocurre con la carne de cerdo. Mientras que el solomillo se considera carne roja, el lomo de cerdo es una blanca.