Cultivo del olivo

El objetivo primordial de todo agricultor olivarero es la producción de gran cantidad de aceitunas de la mejor calidad, bien para destinarlas a almazara (para la producción de aceite) o para el consumo de mesa.

Pero para obtener un buen aceite de oliva virgen se ha de empezar por el campo, por la plantación del árbol; la selección de los plantones y las técnicas de plantación y de cultivo deberán ser las más idóneas, según los casos, para obtener aceitunas de la mejor calidad

Una buena plantación entraña una serie de condicionantes, ya que el olivar sólo se puede cultivar en áreas temperadas de clima mediterráneo, y hay que procurar que cada cultivo sea de una variedad distinta cuyos frutos la aceituna pesen como máximo 5 g.
El olivo es un árbol rústico, uno de los frutales que más toleran la salinidad, que admite un clima semiárido y suelos pocos fértiles y superficiales; pero es preciso tener en cuenta que en estas condiciones la productividad es baja.

Cuando se aplican técnicas agronómicas adecuadas mejora la vegetación y, consiguientemente, la producción. La experiencia demuestra que, cuando el olivo se cultiva en suelos fértiles, se le aporta la pluviometría necesaria y se amplía la densidad de plantación, el aumento de la producción es espectacular. El olivo es una especie que soporta podas de producción o de renovación prolongadas en el tiempo sin que decaiga su producción.

A veces se dice que este singular cultivo se mantiene igual que hace 2 000 años; sin embargo, en nuestros días el oleicultor ha mostrado el mayor interés por conocer nuevas técnicas que confirman cómo el progreso también ha afectado a este cultivo de marcada concepción artesanal y de remotos orígenes. Por lo tanto, la plantación de un olivar moderno debe efectuarse en suelos fértiles, o por lo menos con aptitud para este cultivo, eligiendo bien la variedad o variedades a plantar, así como la densidad que se deduzca tras un análisis del medio y de los objetivos a conseguir.

Después de todos estos parámetros, podemos establecer que el cultivo del olivo se basa en cinco premisas que se consideran fundamentales:

1. Una poda proporcionada con la edad, la variedad y el estado vegetativo.
2. La realización de labores en el terreno o el mantenimiento del suelo por métodos sin laboreo.
3. La fertilización del suelo: por vía foliar (hojas), por fertilizantes o por la combinación de ambas.
4. Los diferentes controles fitosanitarios.
5. El riego de plantaciones en zonas con déficit de pluviosidad.

El olivo es una especie tolerante al estrés hídrico; sin embargo, una sequía prolongada incide negativamente en la cosecha, aunque hay variedades más resistentes que otras, como la farga, una de las más longevas, cultivada en Tarragona, Castellón y Teruel. Por lo tanto, conviene que los olivos estén frescos, y para que se conserven así el máximo tiempo posible, es aconsejable conducir la humedad a modo de riego por goteo; en los cultivos de secano y en pendiente, es primordial trabajar los suelos, adecuándolos para que cada planta pueda retener mejor las precipitaciones.

Se trata, por consiguiente, de un cultivo tradicional que, en España como sucede en la mayor parte de los países de la cuenca mediterránea, sus densidades de plantación son muy bajas, registrándose casos de sólo 70/80 árboles por hectárea; en la sierra Mágina, en Jaén, la densidad es de 100 olivos por hectárea o, lo que es lo mismo, en marcos de 10 x 10 plantas; consecuencia, sin duda, de la escasa pluviosidad de la citada comarca. Se necesitan precipitaciones no inferiores a los 1 000 mm para obtener una buena cosecha; el cultivo de secano, en cuanto a pluvio-metría, está entre los 400 y los 600 mm, y las precipitaciones se reparten entre la floración del árbol (abril y mayo) y la maduración del fruto (noviembre).

Los nuevos cultivos, al disponer de adecuados sistemas de riego (goteo controlado) que garantizan la humedad de las plantas, y gracias al aporte de fertilizantes adecuados a través del agua (fertirrigación), están aumentando notablemente la densidad de árboles, llegándose a plantar en marcos de 7 x 7; los resultados que se obtienen no pueden ser más extraordinarios.

D.O.P.s de aceite de oliva virgen – año 2008
D.O.P Mercado Nacional Kg
Aceite Campo De Montiel N/D
Aceite De L’empordá 3.000
Aceite De Campo De Calatrava N/D
Aceite De La Alcarria 4.500
Aceite De La Rioja 32.130
Aceite De Madrid N/D
Aceite De Mallorca 86.780
Aceite De Navarra 402.300
Aceite De Térra Alta 1.768.000
Aceite Del Baix Ebre-Montsiá 145.000
Aceite Del Bajo Aragón 1.870.000
Aceite Monterrubio 9.400
Baena 2.300.000
Campiñas De Jaén 1.066.000
Estepa 2.325.000
Gata-Hurdes 46.330
Les Garrigues 1.739.000
Montes De Toledo 300.000
Montes De Granada N/D
Montoro-Adamuz 5.176
Poniente De Granada 318.000
Priego De Córdoba 303.000
Sierra De Cádiz 729.220
Sierra De Cazorla 5.500.000
Sierra De Segura 450.500
Sierra Mágina 1.482.937
Siurana 3.347.000

TOTAL.- 24.233.273