Si deseamos contar con un buen cava para una reunión de amigos o para nuestro servicio, debemos tener en cuenta lo siguiente:
Temperatura
La temperatura de servicio del cava es en general de 6 a 8 °C. Una temperatura inferior hace que no se aprecien los aromas en los cavas jóvenes ni el bouquet en los de crianza; una temperatura demasiado baja tampoco favorece el desprendimiento de las burbujas. Por encima del margen de los 8 °C resaltan de un modo demasiado acusado los aromas de fermentación y los varietales. La temperatura también está en relación con el tipo de cava, así los más dulces dan lo mejor de sí cuanto más fríos estén, mientras que los secos lo hacen con una temperatura mayor, al punto de que los bruts nature pueden consumirse a temperatura ambiente.
Enfriado
El enfriado del cava debe hacerse lenta y progresivamente a partir de unas horas antes de su ingesta en la parte más baja de la nevera, aunque lo más apropiado es que se haga en un cubo con hielo, donde se deja reposar. No es aconsejable que se le den giros bruscos a la botella mientras se enfría.
Descorchado
Esta operación supone una serie de pasos en los que es muy importante no provocar sacudidas bruscas en la botella. Es decir que el agitado sólo se reserva para un caro divertimento de derroche, pero nunca cuando se trata de beber el cava. Para destapar una botella de cava debe hacerse lo siguiente:
• Sacar la botella del cubo con hielo y secarla con una servilleta.
• Romper, tirando de una pequeña cinta, la cápsula de estaño que cubre el tapón.
• Retirar la corona y la brida de alambre que sujeta el tapón.
• Inclinar la botella, cuidando de no apuntar a nadie con ella, y con el pulgar presionar con fuerza el tapón procurando moverlo lateralmente y hacia arriba.
• Una vez que se note el tapón flojo, siempre con la botella inclinada y con una copa cerca, agarrarlo con fuerza y hacer girar la botella firme y lentamente para que la explosión sea lo más suave posible.
• Si el tapón está demasiado duro para sacarlo de este modo, conviene utilizar unos alicates o tenacillas especiales para este cometido.
• Una vez abierta la botella, se sirve el cava en las copas sujetando la misma por su base o, más adecuadamente, metiendo el pulgar en la concavidad del fondo y sosteniendo el cuerpo con el resto de los dedos. Es un modo incómodo de servir si se carece de habilidad para ello, pero tenido por elegante.