El cocido madrileño

Dentro de todos los tipos de menú para grupos en Madrid suele destacar aquel que ofrece uno de los platos típicos de su gastronomía: el cocido. Se puede considerar seguramente como el más tradicional de la cocina de esta región. De hecho, las primeras denominaciones “madrileño” datan del siglo XVII.


Una de las características de este tipo de cocido (y en verdad como todos) es que debe realizarse de forma lenta, a fuego moderado y en un recipiente que se encuentre tapado.


Estas características hacen que el origen más probable de este plato se encuentre en la cocina judía, concretamente en la fiesta del “shabbat”, desde que se pone el sol el viernes hasta el anochecer del sábado. Durante esta festividad están prohibidas ciertas tareas, como cocinar. Por eso, se cree que se colocaba una olla de barro sobre la chimenea con los ingredientes ya preparados y que estaría lista y a punto al mediodía.


Una vez que llegaba la hora de comer, lo que se hacía era “volcar” el contenido al plazo, evitando cualquier tipo de trabajo durante el “shabbat” como podría ser el servir. Este hecho puede dar lugar a los famosos “vuelcos” del cocido madrileño.


Otra característica importante del cocido madrileño que podemos disfrutar con el mejor menú para grupos en Madrid es el de la gran diversidad de ingredientes que presenta.


Lógicamente, en los inicios, los judíos no agregaban carne de cerdo. Esta incorporación parece ser una aportación propiamente cristiana. Otras teorías hablan de que fueron los propios judíos conversos los que empezaron a añadir el chorizo y tocino y, más tarde, la morcilla. Se cree que esto servía para acreditar su conversión ante la Inquisición.


Pero la descendencia de la tradición judía no es la única teoría sobre el nacimiento del cocido madrileño. Otras versiones apuntan a que proviene de la “olla podrida” un plato festivo de la época. Eso sí, en su receta original no aparecen los garbanzos.


Sea cual sea la verdad, lo cierto es que a partir del siglo XIX se comienzan a abrir los primeros restaurantes, establecimientos que compartían oficio con posadas, fondas o mesones. En todos ellos, el cocido madrileño forma parte del menú, unas veces como plato único y otras veces acompañado, convirtiéndose en un emblema de la gastronomía de la ciudad.


Lógicamente, el paso de los años ha provocado que a las recetas tradicionales se les unan otras que se permiten introducir ciertas variantes, como el codillo de jamón, por ejemplo. Lo que sí parece claro es que ciertos ingredientes resultan indispensables, como por ejemplo el chorizo, el tocino o la morcilla.


Otros, sin embargo, son más “opcionales”, por decirlo de alguna forma. En este grupo podríamos encontrarnos con el hueso de caña, cada vez menos habitual y que, sin embargo, es el responsable de gran parte de la calidad del plato.


A la patata y el repollo se le puede acompañar con zanahoria, nabo o cebolla, ingredientes nada extraños y muy habituales y valorados en un cocido madrileño. Si buscas los mejores platos para grupos en Madrid, no dudes en probar esta joya de su gastronomía que no te dejará indiferente.