Limpieza cocina

Si eres de las personas a las que les gusta cocinar pero no tienes muy claro cómo limpiar una cocina, te invitamos a leer esta nueva entrada de dueto cocina urbana en la que te damos algunos consejos básicos. Seguro que hay muchos rincones en los que no habías reparado y que son importantes focos de bacterias a combatir.


Hablamos tanto de rincones como de utensilios de cocina. Estos microorganismos a los que debemos hacer frente se aprovechan de la humedad, la oscuridad y la temperatura de algunas zonas de la casa como la cocina y el cuarto de baño.


Date cuenta de que la higiene en este espacio de la casa está directamente relacionada con algo tan importante para nuestra salud como es la seguridad alimentaria. Como obviamente estas bacterias no se ven, corremos el riesgo de pasarlas por alto sin tener en cuenta su peligrosidad.


Si no atendemos a unas correctas rutinas de limpieza estaremos dejando la puerta abierta a patógenos como Salmonella, Campylobacter o Escherichia coli. Estamos hablando de tres de los microbios intestinales más comunes que derivan en intoxicaciones alimentarias.



A la hora de plantearnos cómo limpiar una cocina, tenemos que tener muy claro que no basta sólo con lavar, sino que también hay que desinfectar. Desinfectar elementos tan importantes como los trapos y los estropajos de cocina cada cierto tiempo. Lo mismo decimos de las tablas de cortar.


Son mucho más recomendables las de plástico que las de madera porque en ellas se acumulan muchas menos baterías. Especial atención merece también el fregadero. En este caso recurrir solo a agua con jabón es claramente insuficiente. Lo que tenemos que hacer el acabar con todos los microorganismos que por allí campan y eso sólo lo logramos desinfectando a conciencia la zona con productos que por ejemplo contengan lejía.


Recuerda siempre que limpieza y desinfección no son conceptos sinónimos. Mientras que limpiando eliminamos los gérmenes, desinfectando los destruimos.


Además del fregadero y las tablas de cortar, hay otras zonas donde debemos incidir para no sólo disfrutar de una cocina limpia, sino también libre de gérmenes. Una de ellas son los mandos de la vitro o de la cocina de gas. Date cuenta de lo que se manchan cuando cocinamos y del perfecto foco que representan para los patógenos. Acuérdate de pasar un trapo con jabón después de usarlos.



Atención a las gomas de las juntas de la nevera porque ahí pueden formarse biofilms, es decir, películas o capas de bacterias que se adhieren a distintas superficies. Si no las eliminamos, con el paso del tiempo crecerán y se acumularán sobre todo si la zona está húmeda.


En cuanto a los azulejos, tenemos que lavarlos periódicamente para evitar que se acumule suciedad y grasa. Lo mismo decimos de los interruptores de la luz de la cocina teniendo en cuenta que muchas veces los tocamos con las manos sucias. En ellos tienden a acumularse bacterias y otros microorganismos.


Donde también se concentran con facilidad es en la campana extractora. Con el calor que se desprende al cocinar, la grasa acumulada puede gotear y contaminar la zona.