Muchas personas tienen por costumbre cenar cereales como avena, quinoa o cebada. ¿Sabes por qué? ¿Eres consciente de todos los beneficios que supone introducir una cantidad mínima de cereales en tu dieta?
Antes de nada, vamos a resolver una duda que les ronda a muchas personas. ¿Cuál es la diferencia entre el pan integral y el pan blanco? La cuestión es que en el primer caso se usa el grano entero del cereal. Esto quiere decir que los productos integrales presentan un mayor contenido nutritivo y más fibra que los cereales para el desayuno refinados.
El refinado implica que se eliminan ciertas partes como el germen y el salvado. Por esto mismo siempre serán mejores los cereales integrales, no sometidos a los procesos de refinamiento. En lo relativo a los nutrientes de los cereales, encabezan la lista los hidratos de carbono, las proteínas como el gluten, los ácidos grasos monoinsaturados, las vitaminas, el silicio, el zinc, el fósforo y la fibra. Los cereales integrales nos ayudan a mejorar el tránsito intestinal y a prevenir el estreñimiento.
Cereales como la avena tienen además un alto poder saciante y nos ayudan a perder la costumbre de picar entre horas alimentos no saludables y cargados de grasas saturadas. Los cereales también reducen los niveles de colesterol y, en consecuencia, el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Y no sólo eso, sino que su contenido en vitamina E protege las membranas del sistema nervioso, las células musculares, los glóbulos rojos y el sistema cardiovascular. Todo lo anterior se suma el efecto antioxidante que frena la acción de los radicales libres, vinculados directamente con distintas enfermedades.
Centrándolos ahora en los beneficios específicos de la avena, además del poder saciante que ya comentamos, se trata de un cereal muy útil en las dietas de adelgazamiento. Estamos hablando de un excelente diurético que actúa como regulador metabólico. La avena nos ayuda a reducir el colesterol, el azúcar o la hipertensión.
En comparación con otros cereales como la cebada, el centeno, el arroz o el mijo, la avena es un cereal más completo. Lo bueno es que podemos tomarla a cualquier hora del día aunque el mejor momento es a la hora de la cena. Una receta ideal es hacer una crema hervida con tres cucharadas soperas de copos de avena y medio litro de agua y sumarle 150 gramos de una verdura como espinacas, alcachofas, puerros o zanahoria. Ya sabes, cenar cereales es la manera perfecta de irnos a la cama ligeros.
Otro cereal importante en nuestra dieta es el maíz. Es ideal para las personas con déficit de magnesio. Además favorece la digestión, regula la motilidad del intestino y reduce el colesterol. Nos ocupamos ahora de la quinoa.
Como otros cereales, es rica en proteínas, hierro y magnesio. Puedes mezclarla por la mañana con pasas, canela y un plátano en rodajas. Para la comida puedes tomarla en ensalada o con vegetales salteados. No te olvides de que, para llevar una dieta equilibrada, debes completar el consumo de cereales con otras proteínas, vitaminas y minerales presentes en otros alimentos.