Maridajes de vino y quesos.
El maridaje depende de los gustos personales, por eso no hay normas precisas, sino combinaciones más o menos acertadas.
El queso ha sido desde siempre un buen “socio” lo cierto es que la variedad de textura, perfume y sabor de los quesos hace mucho más delicada la elección si se desea acertar.
Los quesos frescos de oveja, vaca o mezcla; muy tiernos, (como el de Burgos, Tetilla gallega) pueden acompañarse con un vino blanco suave, aromático y de moderada graduación alcohólica. También puede probar con un blanco de aguja, su contenido en carbónico suavizará la densidad del queso.
Los quesos semicurados. (de tres a seis meses de curación) combinan en armonía con tintos jóvenes o claretes.
Los quesos cremosos y de sabor fuerte combinan con tintos jóvenes o de crianza. Aunque, también lo hacen con finos olorosos, moscateles u oporto.
Los quesos de pasta consistente, azul o amarilla, y sabor muy fuerte se acompañan exitosamente con tintos de reserva con mucho cuerpo y personalidad.