De todos los dulces de Navidad que se consumen en España, el turrón es seguramente el más importante y demandado. También se encuentra entre los más tradicionales junto con los mazapanes y los polvorones. Por eso, desde dueto cocina urbana nos gustaría acercarte algunos pequeños consejos para elegir uno de buena calidad.
Se puede afirmar tranquilamente que las comidas para Navidad no estarán completas sin estos dulces en los postres. Se trata, como decimos, de una tradición que invade nuestro país durante las fechas finales de cada año. Pero, ¿en qué hemos de fijarnos para comprar un turrón de buena calidad? ¿Cuáles son sus puntos más importantes?
Lo primero que debemos tener muy en cuenta sobre estos dulces de Navidad es que existe un Consejo Regulador del Turrón de Jijona, el más importante de nuestro país. Este organismo distingue entre dos calidades que le permite conceder su Denominación de Origen.: extra y suprema.
Los de calidad suprema han de contar con no menos de un 60% de almendra en su composición para los “duros” (el de Alicante) y un 64% para los “blandos” (el de Jijona).
Pese a que esta es la calidad oficial, algunas marcas tradicionales fabrican tabletas de lo que llaman calidad “suprema mejorados”, con más cantidad de almendra, romero o azahar. Eso sí, el porcentaje casi nunca superará el 70% de fruto seco, ya que la propia masa lo rechazaría y se llegaría a desmoronar.
En segundo lugar hemos de prestar un poco de atención al precio del turrón. Normalmente marcará la calidad de la materia prima, así como el porcentaje de frutos secos, aunque es posible que las campañas publicitarias de algunas marcas influyan también sensiblemente.
Además del porcentaje de fruto seco, en estos dulces de Navidad influirá también decisivamente la variedad utilizada. La perfecta y tradicional es la marcona, ya que aporta un sabor característico, liberando su grasa e impregnando la tableta. Cuanto más aceite se libere, mayor calidad tendrá el producto final. El nombre y tipo utilizado, así como su porcentaje, han de estar perfectamente reflejados en la etiqueta.
Otra cuestión importante es la caducidad de este dulce para las comidas para Navidad. Según se encuentra estipulado, el turrón se puede consumir hasta 18 meses después de su fabricación, salvo que el obrador refleje que serán 8.
En último lugar, hay que tener claro que, al contar con ácidos grasos poliinsaturados provenientes de la almendra, el turrón será más “sano” que otros dulces navideños. Eso sí, su consumo siempre ha de ser moderado por su gran cantidad de azúcar.