Precaución con la sal en la alimentación

Como habrás podido comprobar si eres asidua o asiduo a nuestro blog, en dueto cocina urbana estamos completamente concienciados con una alimentación sana y saludable. Por eso, en el siguiente post nos gustaría hablaros sobre un condimento muy utilizado en todos los platos pero que puede llegar a ser peligroso: la sal.


Aunque no seamos del todo conscientes, cuidar la alimentación es una manera muy efectiva de cuidar nuestra salud. Estos dos elementos están conectados entre sí de una manera que no podríamos imaginar. Por eso, es necesario vigilar ciertos aspectos que pueden llegar a convertirse en algo muy perjudicial para nuestro bienestar.


Consumir sal en las comidas es muy normal. De hecho, ciertos alimentos o ingredientes contienen trazas de la misma, por lo que su ingesta es inevitable. El peligro real es el abuso en la dieta diaria, ya que puede provocar un buen número de trastornos en nuestro organismo, sobre todo a largo plazo.


El principal componente del cloruro sódico, ya sea sal gorda o final, es el sodio, una sustancia de origen marino o minera que se puede obtener directamente. Su utilización fundamental es para acentuar el sabor de los alimentos. Este hecho provoca que no pocas personas lleven a cabo un abuso en su uso poniendo en peligro su salud.


El alto porcentaje de sodio que contiene la sal puede provocar efectos negativos en nuestros riñones, así como en el sistema renal. Estos órganos acumulan sodio por sí mismos, por lo que un abuso puede llegar a crear una situación de exceso, provocando a la larga un mal funcionamiento de los mismos.


Hay que comentar que un mal funcionamiento de los riñones, ya sea por el consumo de sal gorda o fina, puede derivar en otros problemas graves como una depuración del organismo más que deficiente. Así, nuestro cuerpo tenderá a retener líquidos por culpa de la acumulación de sodio en la zona renal.


Pero, sin duda, abusar de las recetas saladas tendrá efectos muy negativos en el corazón. Un aumento en la retención de líquidos provocará que el número de toxinas en nuestro organismo también sea mayor, provocando un funcionamiento general peor.


¿En qué deriva esto? En una subida de la presión arterial, bombeando la sangre con mucha más fuerza y subiendo el volumen de la misma. Es decir, nuestra sangre será más gruesa y, por consiguiente, aparecerán problemas de hipertensión que generarán todo tipo de enfermedades cardiacas.


El exceso de socio en nuestro cuerpo afectará por tanto a dos órganos de vital importancia como son el corazón y los riñones. Las afecciones aparecen con asiduidad con el paso del tiempo y el abuso continuado.


Para evitarlo, es fundamental que tanto nuestra dieta como las recetas que elaboremos sean saludables y utilicen este elemento de una manera muy escasa. También habrá que tener total precaución en casos de casos hereditarios en problemas de corazón o de hipertensión.

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